La finalidad, caminar hacia una sociedad libre y justa desde la contracultura, la autogestión y la rebeldía. EL LOKAL, dentro de nuestras posibilidades y deseos, entendemos que debe ponerse al servicio de las luchas que se originan tanto en el barrio, como en el resto de la ciudad, y el mundo.
Catálogo de decisiones y fragilidades has been added to your wishlist
La anarquía funciona has been added to your wishlist
Masala nº 78 has been added to your wishlist
LP Crim. CRIM has been added to your wishlist
L'anarquia a l'abast de tothom has been added to your wishlist
Omnia Sunt Communia has been added to your wishlist
Sant Pauli. Fútbol sense feixisme has been added to your wishlist
Portem un món nou has been added to your wishlist
LP Deshielo. Ansïa has been added to your wishlist
Batallones de Mujeres en Guerras y Revoluciones has been added to your wishlist
CD Redención. 13 KRAUSS has been added to your wishlist
Diez delitos sincronizados
De la misma forma que el aleteo de una mariposa puede generar tempestades a miles de quilómetros de distancia, nuestras vidas están interconectadas de las formas más insospechadas. Las acciones más inocentes, o aquellas que no lo son tanto, generan reacciones en cadena. Porque nuestras vidas están sincronizadas, incluso nuestros delitos. Asesinato, extorsión, justicia, venganza, espiritismo… Un escritor anónimo, un ama de casa, un grupo clandestino, una hacker informática… y un detective. Porque, como en toda novela negra clásica, hay un detective. La imagen completa de este puzle de diez piezas solo será reconocible después de colocar la última.
Tomás Bernal
Cualquier autor de un libro es, como mínimo, un ladrón: un saqueador de argumentos, un usurpador de estilos. En coherencia con esta noción criminal de la literatura, nunca firmé mis obras. Los ladrones dependemos del anonimato para ejercer con libertad nuestro oficio. ¿Quién soy? Desde luego, no soy el fundador de la sociedad secreta Vorágine. No soy ese Albert Mason. Tampoco soy Albert Mason Jr. Ese es sólo un nombre que me impusieron al nacer. Hace tanto tiempo que nadie me llama así que para mí es un nombre caducado, vacante, ajeno. Pongamos que este libro lo ha escrito Tomás Bernal, que no es más que un anagrama de Albert Mason. Reconozco que hay un poso de vanidad en firmar con anagramas, pero es una vanidad venial y juguetona. Mi decisión de no revelarles quién soy es irrevocable.
Ressenyes
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